Japón tiene previsto iniciar la fabricación de vehículos voladores en la próxima década, informó The Japan Times.
Ya en 2017, las autoridades japonesas afirmaron que los taxis voladores podrían empezar a circular por las calles de Tokio durante los Juegos Olímpicos de Verano 2020. Sin embargo, ante todo, el proyecto tiene que obtener una autorización reglamentaria.
El Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón pretende obtener 4.500 millones de yenes —US$ 40,4 millones— para financiar su proyecto público-privado.
Un reporte de los colegas de Bloomberg revela que las autoridades de Japón acaban de reclutar a un total de 21 compañías especializadas.
Uber, Boeing, Airbus y Toyota a través de su subdivisión Cartivator, son sólo algunas de las empresas que se han unido a este grupo exclusivo.
El 29/08, representantes de las 21 compañías se reunirán en Japón para discutir el futuro de este proyecto.
El dinero que busca el Ministerio es para el desarrollo de baterías de alto rendimiento, motores y otras autopartes.
De acuerdo con ministro Hiroshige Seko, el uso de vehículos volantes ayudaría a resolver el problema de los embotellamientos, así como a mejorar el acceso a las islas remotas o áreas montañosas, en caso de un desastre natural.
Asimismo, se espera que los automóviles de este tipo contribuyan al desarrollo del sector turístico.
Uber fue convocado luego de que anunciara que invertirá US$ 23.000 millones en 5 años para desarrollar servicios de autos aéreos en sus instalaciones en París (Francia).
La meta de la empresa es iniciar las operaciones comerciales de taxis aéreos en 2023.
Pero habrá que evaluar si hay o no un futuro conflicto de intereses porque en la conferencia Uber Elevate, se informó que Uber Technologies trabajaba con el Ejército estadounidense en autos aéreos (Uber Air), y hasta se mencionó que en un comienzo cada milla (1,6 Km.) de viaje costará US$ 5.73.
Sin embargo, una vez que el sistema esté más desarrollado, esperan bajar el precio hasta los US$ 0,44 por milla.
Los vehículos que usarán serán eléctricos y se espera que puedan volar cerca de 96 kilómetros con una sola carga.
De todos modos, quien parece llevar ventaja es Kitty Hawk, start-up de California (USA), de Larry Page, socio cofundador de Google/Alphabet, quien en junio presentó su vehículo recreacional aéreo para 1 pasajero.
También en California se encuentra la start-up Opener, que desarrolla el prototipo BlackFly, “el 1er. avión ultraligero de despegue y aterrizaje vertical (VTOL)”, avión /vehículo de 1 asiento, capaz de viajar hasta 25 millas (40,2 Km) con una carga, con una velocidad máxima de 62 millas por hora (99,7 Km/h).
No se precisaría una licencia de piloto para volar, pero sí completar el entrenamiento del vehículo y un examen escrito FAA Private Pilot.
En algunas entrevistas, el diseñador Marcus Leng, ha dicho que su prototipo Opener no debería costar más que un SUV o 4x4: US$33.000 en USA.
Volkswagen, Daimler y Geely también tienen programas de desarrollo. Pero ningún país lo consideró una política de Estado, tal como sí ocurrió con Japón.